Volviendo a escribir…

Hola a todos mis followers, de nuevo gracias por seguir el blog de #LuthienFashion. Les quiero contar que me encuentro muy atareada creando la nueva colección para este mes de #Septiembre, el cual lo estaré lanzando en la ciudad de Bogotá, Colombia en la feria Atelier de Amor y Amistad de mi querida amiga y colega Mariposa Negra, el próximo sábado 19. Sí, en Colombia no celebramos el nombrado San Valentín en Febrero, si no por cuestiones de mercadeo y ventas lo celebramos durante el mes de Septiembre, haciendo un abre bocas para el mes de Octubre (Halloween). Pero bueno este post no es para hablar de la nueva colección, si no para rendirle un tributo a un accesorio que quizás lo vemos casi siempre como un fetiche de compra o como algo solo para usar, pero que en realidad no comprendemos su verdadero significado; para lo que realmente fue creado. Sí estoy hablando de los zapatos.

zapatos-de-plataforma-negros-pies

Objeto del deseo, compra fetiche para nosotras.

Cuando me fui a Barcelona a estudiar, me llevé solo tres pares de zapatos: unas botas negras, unas sandalias y unos tennis adidas. Fue difícil solo llevar tres pares porque como mujer que se respete, tengo miles… pero bueno, el asunto va a que durante mis caminatas, mis recorridos por la ciudad y algunos lugares de Europa a los cuales pude ir a conocer, me di cuenta en la gran importancia que tenían mis botas negras. El significado tan grande que ellas tenían. El caminarte una ciudad de arriba para abajo, dejar los pies en aquellos lugares, gracias a unos zapatos que se vuelven casi parte de tu cuerpo. Digo esto porque cuando llevaba trayectos largos, no sentía mis pies ni mis piernas. Ya mis botas negras se convertían parte de mis huesos y mis músculos.

Mis botas pisando París.

Mis botas pisando París.

Recuerdo mucho, cuando terminaba tan extenuada de tanto caminar, miraba mis botas con tanta contemplación. De verlas tan trajinadas, tan acabadas pero, cada vez que las veía las amaba más. Quizás sonará loco lo que estoy diciendo pero ahí es cuando el objeto del deseo se convierte como en tu mejor amigo. Estas botas era lo único que tenía, ya que caminar con sandalias era mortal y los tennis no me lucían mucho con mis atuendos góticos.

Mis botas en la Basílica de Santa María del Fiori. Plaza Dommo en Milán.

Mis botas en la Basílica de Santa María del Fiori. Plaza Dommo en Milán.

 

En Barcelona. Sector Gracia. Yo con mis botas.

En Barcelona. Barrio Gracia. Yo con mis botas.

Cada camino, cada andar, en el calor, en el frío, bajo la lluvia, bajo el terrorífico sol, mis botas cumplieron su misión. Me cuidaron y me mantuvieron en pie. Afortunadamente sobrevivieron y siguen aún junto a mi. A veces pienso que cada accesorio o cada prenda que poseemos, si pudiera hablar, contaría miles de cosas y anécdotas.

Con este post quiero decirles que estaré escribiendo más seguido y espero que ustedes disfruten de cada uno de los posts que realice de ahora en adelante.

Que tengan un feliz fin de semana!

@angieluthien creadora de @luthienfashion

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Blog de WordPress.com.
A %d blogueros les gusta esto: