La historia de los buenos modales: Parte II

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Continuamos con la historia de los buenos modales, la etiqueta y las buenas costumbres, como diría mi abuela.

El pañuelo es otra buena disculpa para revisar la evolución de las costumbres. Los griegos y romanos los llevaban entre los pliegues de la túnica o en los bolsillos de la toga, pero los utilizaban para limpiarse el sudor. En aquel tiempo era de pésimo gusto sonarse las narices en público; es más, si un marido sorprendía a su mujer en tan engorroso asunto, podía solicitar el divorcio. Más adelante, a partir de la Edad Media, el pañuelo pasó ser un artículo de lujo en las manos de las damas, que los utilizaban para cazar maridos o amantes, y los hombres, por pura estética. Aquellos pañuelos de seda, bordados con encajes, pequeñas obras de arte, son un buen retrato de la época. Eran imprecindibles en la etiqueta. 

Está claro que en cuestión de higiene tampoco se puede pontificar. A veces interviene en ella, como en el caso de los hindúes, la religión. Están obligados a realizar sus ablucionestodas las mañanas, antes de probar bocado. Y lo hacen donde pueden, en el cuarto de baño, en un piscina, une stanque, un caño de agua, o en el Ganges, río en el que también incineran a sus muertos. Una ceremonia que nada tiene que ver con las costumbres occidentales. Y ya que estamos en la India,hay que recordar que hasta hace pocos años, las viudas no eran muy bien vistas. La tradición les exigía arrojarse a la pira fineraria con sus difuntos maridos.

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A través de los tiempos la cortesía ha sido muy estricta con la mujer. A principios de nuestro siglo, como los vestidos eran larguísimo y las calles no estaban asfaltadas, sus bajos se llenaban de polvo. Polvo que pasaba luego a las alfombras, butacas, sofás,… Como los vestidos eran tna largos, cuando podía sorprenderse la fugaz imagen de un tobillo, las lenguas se desataban por la ciudad. La protagonista se transformaba en un mito.

En el siglo de Oro español, para entablar relaciones con un hombre tenían que caer en manos de casamenteras como la famosa Celestina. Ella traía y llevaba los mensajes de los enamorados. Y tampoco podían improvisar, las palabras del rito estaban escritas en los llamados «libros de cumplimiento».

En algunos países árabes y del Extremo Oriente las mujeres son como figuras decorativas. No conocen al novio hasta el momento de la ceremonia. O el novio no las conoce a ellas hasta que se quitan el velo durante la boda. Otras veces, caminan en público detrás del marido y hasta los actos religiosos se realizan aparte. O forma parte de un harén. ¿Y en Occidente qué papel ha jugado la mujer? Echemos un vistazo a la Historia, veamos qué nos sugiere: 1730, Hamburgo. En las librerías aparace un libro de cortesía con el siguiente título: «De cómo hablar y convivir cortésmente con personas distinguidas de nuestra categoría, así como con las damas, y también de cómo dichas damas pueden emplear sus artimañas contra nosotros.» Los hombres estaban en guardia. ¿Intuían ya entonces la rebelión que se les vendría encima en el siglo XX?

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Otra escena: siglo XIX, Londres. Cuando una pareja paseaba tranquilamente por el parque, si ella decidia sentarse en un banco o en la hierba, él debía forsozamente permanecer de pie. Era lo correcto. Sin embargo, en 1922 los cronistas nos cuentan que en Estados Unidos ya se permitía que el hombre se sentara junto a la mujer. Pero se le prohibia que lo hiciera en un lugar público, a menos que fuera su marido. La cortesía también ha sido severa en esto de los noviazgos.

En el siglo XX la cosa cambió. La mujer comenzó a quitarse de encima fajas, corsés, peinados empingorotados y atuendos tan largos y pesados que les impedían dar un paso. Y se los quitó en todos los sentidos. Comenzó a pedir mayor protagonismosocial y más libertad de movimiento. Después dela Segunda Guerra Mundial ya se podía poner en bañador sin que nadie empalideciera; y tomar el sol comenzó a ser de bon ton. Antes, nadar era considerado un deporte violento, no entraba dentro de lo que hacen los que tienen buenos modales; y broncearse no iba con el look de los tiempos.

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A partir de los años setenta el edifico de la tradición se tambalea. De repente, instituciones como el matrimonio comienzan a cuestionarse e ir de solteros por la vida deja de ser un drama. Los jóvenes se rebelan contra la educación de sus mayores y ensayan su propia etiqueta, escogen otras costumbres, nuevas formas que giran en torno a la igualdad de los sexos, y mayores libertades en el terreno ideológico, social y sexual.

Famosa es aquella historia de dos personas que llevan tiempo enfadadas y sin hablarse hasta que un día, por casualidad, se encuentran en una calle estrecha. ¿Quién se aparta para dejar al otro pasar? Uno de ellos, sin moverse, dice: -Nunca cedo el paso a un sinvergüenza -. El otro, bajando a la calzada, replica: -Pues yo siempre lo hago -. La educación y la cortesía ante todo. No hay que perder la calma, Hay que ser un perfecto caballero o una aténtica señora.

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En la actualidad se detecta un aumento del interés por cumplir de nuevo con las viejas reglas. De repente, aquellos viejos libros de urbanidad vuelven a estar de moda. De nuevo preocupa el vestido que hay que llevar a un banquete o la forma más correcta de comer espaguetis, espárragos y huevos pasados de agua. Ya lo sabe, hay que estar a tono con los acontecimientos. Para ello, los diferentes autores de libros especializados en el tema aconsejan una serie de criterios a seguir en caso de apuro. Por ejemplo, hacer las cosas con naturalidad, también lo invitan a tener en la vida una actitud como la de Cary Grant, una mezcla de ironía, cinismo, moderación, humanidad, y sobre todo, buenos modales.  En fin, que si quiere usted aprender buenos modales encontrará el manual apropiado. Hay muchos.

Y pensar que en 1850 no era prudente que un caballero de cierta posición tocara un instrumento en una orquesta porque eso le rebajaba…

Y así termina esta segunda parte de la historia de los buenos modales y las buenas costumbres. Cada uno tomará lo que mejor le parezca o le convenga. El objetivo de compartir este tipo de información, es para difundir algo de historia y de saber el por qué las cosas son como son en estos momentos de actualidad. Espero les haya gustado.

Nos leemos en el siguiente post!

@angieluthien

@luthienfashion

Bibliografía: La etiqueta hoy. Nathalie Devals. Bercelona . 1986. , Guía de la vida social.GOheim Daimon. Barcelona. 1986. Revista Muy Interesante 1986.

 

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