
La última vez que escribí fue acerca de los sueños y propósitos para el 2020. En ese momento acababa de llegar de San Andrés Islas, un lugar hermoso lleno de colores, sabores y de encuentros maravillosos. Un lugar donde el mar es más azul que cualquier otro. Ese mar imponente, lleno de majestuosidad y frescura; esa frescura que aún no olvido que siempre la tengo presente y que aún la sigo sintiendo.
Como siempre me ocupo, no volví a escribir desde aquel enero del 2020. Siempre he tratado de crear contenidos, así sea contándoles experiencias o anécdotas de mi vida, pero me encuentro con mucho que hacer y al final del día termino agotada y no me dan ánimos de escribir. Eso me pone triste. Me pone triste porque en estos momentos de cuarentena es cuando reflexiono y analizo el tiempo que no le he dedicado a mis proyectos independientes, ya que los voy dejando a un lado por cumplir con las labores externas y otros quehaceres de mi día a día.
Claro, no está bien el juzgarme pero al ser una Capricorniana de Sol, tiendo a eso, a juzgarme por mi falta compromiso con mis proyectos. Soy una persona comprometida con los deberes laborales, con mis pasiones, pero no sé porque cuando se refiere a Luthien Fashion Design lo dejo a un lado. A veces creo que es porque me gustaría dedicarle el día entero y no pensar en nada más. Esta cuarentena me ha hecho pensar en cómo poder dedicarle el tiempo a este universo que estoy tratando de crear con la marca desde el año 2009 cuando inicie mi carrera en Diseño y Mercadeo de Moda.
No olvido lo apasionada que era cuando recién entre a estudiar diseño en la Escuela Arturo Tejada en Bogotá. Siempre me destaqué en mis estudios y proyectos, muy a pesar de mis deberes laborales que ejercía en las horas de la mañana, ya que estudiaba en las noches hasta muy tarde y llegaba a mi casa a eso de las 10 p.m. No sé si era porque el tiempo era más lento, sentía que tenía más espacio para trabajar y estudiar. En aquel tiempo, administraba la Fundación Laboratorio Cultural Astarte, creaba la agenda cultural y educativa junto con otros compañeros que hacían parte de la misma. Los fines de semana eran una locura, había que trabajar el doble: se atendía la cafetería, a los asistentes de los eventos organizados, quejas, reclamos, y otra infinidad de situaciones en las cuales aprendí cómo era trabajar bajo niveles de stress. Trasnochar para “adelantar trabajo” por el desespero de no decaer y de no quebrarse, y de que el sueño de tener algo propio no se derrumbara.
Pero esas preocupaciones, en aquel momento, 2010, 2011, 2012 efectivamente se hicieron realidad. Terminamos muy mal, pero cuando recuerdo todo ello, todo lo vivido me hace darme cuenta que gracias a esas experiencias me hicieron la persona que soy ahora. También aprendí que vivir bajo el stress no era nada gratificante, era un desgaste total que termina en una gran depresión y en un agotamiento innecesario. Es interesante cómo después evolucionaron las cosas, ya que en el 2013 aparece una gran oportunidad: profesionalizar mi carrera en Moda. Pensé que no lo lograría, pensé que no iba a ser posible, pero gracias a la fe de mi adorada madre y a su ayuda económica lo logré y me gradué en el año 2015 como Profesional en Diseño de Moda, para luego gracias mi padrino, a mi más grande ángel, entrar a estudiar la Maestría en Historia y culminarlo con éxito en noviembre de 2019, siendo esto un gran aprendizaje y así de esta manera poder vincularme de lleno a la docencia.
En el transcurso de aquellos años, Luthien Fashion Design participó en varios eventos, pero gracias al vincularme con la terapia de respuesta espiritual (la cual me ayudó y me alimento álmicamente) pude entender que la marca no podía ser otra marca más de moda sin sentido. Esta terapia que desarrolle para mi y que afectó a mis otros seres familiares de maneras maravillosas e increíbles, me hizo entender que yo, Angela, tenía una misión de vida al estar dentro del sistema moda y dentro de la academia. Es así que replanteó mi manera de ver el mundo, este mundo de tercera dimensión, el cual necesita de iluminación y cambios fuertes para avanzar hacia un modo de vida distinto. Es precisamente en este momento que vivimos donde todo el esfuerzo que hice da frutos; todos los maestros que se cruzaron en mi camino tuvieron un propósito, el hacerme más fuerte y tener mucho más coraje desde la compasión hacia mi misma y hacia los demás.
Esta cuarentena, aislamiento, covid-19 como quieran llamarlo, me hizo entender que todo debe vivirse día a día. Que ningún sistema cualquiera que sea no debe trastornar mi creación de realidad. Que debo cumplir con los deberes que se me asignan en mi trabajo, pero que siempre estos deberes deben ir relacionados con mi propósito de vida y eso es lo que trato de hacer diariamente. Es maravilloso entender y comprender que nada está dado en la medida en la que tú recibes de los demás y del universo en sí.
Luthien Fashion Design unirá la moda sostenible y la espiritualidad día a día, a través de la academia y de la marca en sí. Esto no es un proceso que se lleve de la noche a la mañana, es un proceso que deseo desarrollarlo y llevarlo a cabo de manera paciente y tranquila. No me interesa figurar, ni ser protagonista de un mundo narcisista, sino más bien, entablar una comunicación coherente regida por mis manifiestos y mis experiencias de vida. Agradezco mucho a mis padres, estudiantes, amigos, enemigos, maestros, personas y a todos por tan bellas enseñanzas. Yo estoy aquí y ahora y así quiero seguir en esta vida y en este caminar como decía mi abuela paterna. La vida fluye en mi como desde el día que nací y llegué a este planeta llamado tierra.
@angieluthien